Por José Luis Inwilkelried

Sé más fuerte

que todas las desgracias juntas

las soledades y todos los desiertos

que toda la indiferencia

y todo el egoísmo

maltratando las buenas intenciones

Sé más fuerte que todos los rebaños de educadores

que todas las multitudes sordas

en procesión o en exposición

que todos los artistas

que decoran la cultura

que todos los mercenarios de los afectos,

los falsificadores de ideas,

los cronistas del ajeno vivir y los espectros pálidos y enfermos

orientados por la débil luz del reflejo

Sé más fuerte que los sueños destruidos

las canciones no cantadas

contenidas, al borde del abismo

los vuelos estrellados

las palabras, que no sobrevivieron las vanas promesas

Sé más fuerte que un gran amor

o un pequeño amor

(¿cuál es la diferencia?)

Porque el dolor es,

Todavía la vida

en la agonía de una ilusión.