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| SALA CULTURAL ANTONIO TERRAGNI | |||||
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Desde hace algunos días, Rafaela cuenta con un nuevo salón de exposiciones artísticas. Lleva el nombre de Antonio Terragni, un ilustre de la ciudad.
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Ya fue inaugurada en Rafaela la Sala Cultural Antonio Terragni, un
lugar ideado como homenaje a quien dedicara su vida a la educación, el
arte, el periodismo y la cultura el general. Ubicado en calle Brown 233
-planta alta- el predio ofrece como primera actividad una muestra de
esculturas del mismo Terragni, quien muriera en Alemania hace casi veinte
años. |
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Antonio Terragni fue periodista, escultor, escritor y docente.
Desde 1948 realizó retratos y figuras de gran expresividad, y expuso sus
obras en distintas muestras y museos. En cuanto a la producción
literaria; publicó "Cielo Verde" en 1974 y reunió una
importante biblioteca. En el área periodística dirigió el diario
"El Norte" y el periódico "Vida Rural"; colaboró con
el diario "El Litoral" de Santa Fe, "La Nación" de
Buenos Aires, el rafaelino "La Opinión" y la emisora LT28
"Radio Rafaela", entre otros medios.
La curiosidad y la vocación periodística llevaron a Antonio Terragni a conocer distintos lugares del mundo: Europa, Japón y Africa. Definió a su tierra como "esa palabra que es vida, escudo, propósito y destino". Su devoción por su ciudad -Rafaela- le hizo decir: "Eres de una íntima simplicidad. Fuerte, generosa, leal y sincera. He aquí los cuatro puntos cardinales de tu alma". Como escultor se destacó con trabajos entre los que sobresalieron el busto de Mariano Moreno, que está ubicado sobre el cantero que bordea la plaza en la esquina donde confluyen las calles Moreno y 25 de mayo, lugar donde se realizan los actos conmemorativos del Día del Periodista; y la denominada "Pesar", que muestra el rostro de una mujer que medita en su propia tristeza. "Sarmiento", "Campesina", "Mario Vecchiolli", "Muchacho", "Madre", "Criolla", "El Piamontés Fundador", "Mar", "Primo", "Batista", "Pepe Alegría", "Miguel Gilli", "Indio" una estatua de cuerpo entero de Marco Antonio Terragni, son otras grandes obras de este rafaelino incansable. |
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| Profeta en su tierra | |||||
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Una calle de la ciudad de Rafaela lleva el nombre de Antonio Angel
Terragni. La arteria tiene orientación oeste-este, nace en Avenida
Angela de la Casa al oeste y finaliza en Mario Vecchiolli al este. Es
paralela a la calle Crucero A.R.A. General Belgrano y está ubicada en el
barrio 17 de Octubre.
La designación fue establecida por la ordenanza 2.194 del 2 de abril de 1987. En los considerandos de la norma dictada por el Consejo Municipal de Rafaela, se señala que "su figura y su obra (de Antonio Terragni), tuvieron vigencia durante varias décadas en el quehacer institucional, periodístico, docente, cultural y artístico de la ciudad, alcanzando relevancia". En su libro "Rafaela y sus calles", María Graciela Mendoza Rubiolo señala: "Terragni, Antonio Angel, docente, periodista, escultor, nació en Rafaela en 1909. Su figura y su obra tuvieron vigencia durante varias décadas en el quehacer institucional, periodístico, docente, cultural y artístico de la ciudad. Recibido de maestro en el año 1925, fue maestro rural, de adolescentes y adultos en una escuela nocturna y Profesor de Educación Física en la Escuela Nacional de Comercio y en el Colegio Nacional. Desde muy joven se incorpora al periodismo, con vocación y actitudes incuestionables. Colaboró en varios periódicos, diarios y revistas de Buenos Aires, Santa Fe y Rosario; dirigió El Norte y Vida Rural. Integró Comisiones cuyas acciones tendían al progreso de la ciudad, tales como el Círculo de la Prensa, la Comisión Pro Monumento a San Martín, el Ateneo Juvenil Rural, la Comisión de Cultura del Jockey Club, el Instituo Nacional Sanmartiniano. Viajero incansable recorrió América, Europa, Oriente, reuniendo en todos sus viajes piezas y material que hoy son exhibidos en la Casa Museo Antonio Terragni. Murió en Alemania el 23 de febrero de 1982". |
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| Su familia | |||||
Hombre de viajes largos, murió lejos. Antonio Terragni falleció el 23 de
febrero de 1982 en Sigmaringendorf (Alemania). Su súbita muerte se
produjo en la población natal del fundador de Rafaela, Guillermo
Lehmann. Precisamente fue la esposa de Antonio, Adelina Bianchi de
Terragni, quien aportó en su libro el dato bien documentado de su
origen. Antes se decía que Lehmann era suizo.
"Historia de Rafaela", escrito por Adelina, y otros de sus libros fueron dedicados "a Antonio Terragni esposo y amigo". Marco Antonio Terragni, el hijo del matrimonio, es Doctor en Derecho. Escribió varios libros sobre temas de su profesión y es, además, un talentoso fotógrafo. La nueva Sala Cultural Antonio Terragni se ubica en los altos de su estudio jurídico.
Esposa e hijo pusieron especial dedicación para este homenaje a Antonio que significa, también, la apertura de un espacio para la cultura en la ciudad de Rafaela. |
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| EL REMATE DEL TAMBO | |||||
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La vida en el campo, el trabajo en el campo, ofrece, como se supone,
diversas alternativas. La familia se arraiga o no en el lugar elegido para
la lucha diaria. Juegan los factores de la convivencia, de los hijos, de
la producción, del tiempo. En algunos casos se anda cuesta arriba,
venciendo dificultados, ejerciendo el temple de la voluntad y de la
perseverancia. En otros se intenta el cambio, la diferencia, lo nuevo.
Cuando el cambio ocurre en el ámbito del campo adquiere una relevancia
íntima de adhesión a la permanencia. La gente lo ve bien, lo aplaude o,
al menos, lo justifica.
-Héctor deja el tambo. Va a criar. Hace bien. Como están las cosas no vale la pena romperse el alma... Si en cambio es para irse a la ciudad a poner un boliche o trabajar en una fábrica o en un negocio cualquiera, la impresión es distinta, el juicio se vuelve severo, condenatorio, las predicciones sombrías. -Pobrecito !...Se va a morir de hambre en la ciudad. Como están las cosas hoy en día. Aquí, por lo menos, saca para la comida. Allá hay que pensar en otras cosas: el alquiler, el transporte, la ropa... Hace una macana. Yo se lo dije... Todos se cuidan muy bien de hablarle así a Héctor, sin embargo. Les parece malo desalentarlo, agregar más amargura a la que debe producirle dejar la chacra, abandonar los recuerdos, deshacerse de las cosas queridas, usadas, sentidas. Perder de vista a las vacas, con las que hubo trato cariñoso, comprensivo, todos los días -mañana y tarde-, durante mucho tiempo y "que si hubieran tenido qué comer" él no iba a dejarlas, a vender todo, a rematar hasta los dos caballos de la volanta... -"Ah, no!...".
En el día de la venta la familia "del Héctor" da vueltas en la
calesita a desazón, mientras mucha gente se reúne cerca de los lotes de
herramientas, enseres, muebles y útiles y "ofrece poco, muy poco por
lo que vale mucho, claro...". Como no queda nadie en el lugar y la noche se le echa encima, a Héctor lo acucia el deseo de irse, de abordar la ciudad, el nuevo paisaje y reflexiona "hay que vivir la vida. Aquí en la chacra no hay nada que hacer"... Queda de pie en la noche, contando los pasos del alba que viene despacio, alborotando con sus ruidos amanecidos... |
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Antonio
Angel Terragni, |
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