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“Una
persona con una creencia
representa una fuerza social equivalente
a la de noventa y nueve personas
que sólo se mueven por interés.”
John Stuar Mill “Del gobierno representativo”
- I -
En épocas de desasosiego, que lejos de alejarse pareciera profundizarse,
queremos evocar una figura injustamente olvidada que se entregó a los
más altos principios a favor de un modelo que quedó definitivamente
sepultado en el tiempo. Se trata de Augusto Miguel Morisot,
universitario cabal, político de fuste y abogado probo.
- II -
En la lejana ciudad puntana de Mercedes y del hogar compuesto por Víctor
Augusto Morisot, de origen francés, y María Baquero, nace el 20 de abril
de 1894 nuestro evocado. Apenas niño se instalan en Santa Fe donde
llevará adelante toda su vida, ya que su padre era funcionario de la
empresa francesa de ferrocarriles.
Realiza sus estudios medios destacándose como el mejor bachiller y se
inscribe en la Facultad de medicina de la Universidad de Buenos Aires
realizando los primeros cursos con notas destacadas, pero su vocación
estaba en el derecho y regresa para incorporarse en la Facultad de
Derecho de Santa Fe, en los tiempos en que era provincial.
Vive apasionadamente el movimiento político estudiantil de 1918 que
tiene su principal centro en Córdoba abrazando los principios de la
“Reforma universitaria”.
Le tocó vivir horas intensas junto a otros estudiantes como Mariano
Tissembaum, Angel Caballero Marín y Pablo Vrillaud. Precisamente en 1919
es electo por sus compañeros como presidente de la “Federación
universitaria de Santa Fe” y al año siguiente como presidente del
“Centro de Estudiantes”.
De la mano de su militancia universitaria abraza con lealtad los
principios de la “democracia progresista” e integra la redacción de
“Nueva época”, precisamente un diario que respondía al “Partido
Demócrata Progresista”.
Con el título en su poder, decide formar un hogar y contrae enlace, el 7
de mayo de 1921, con Amelia Sabina Espino con la que tendrá sus dos
hijas, María Magdalena Violeta (24/jul/23) –que se casara con el dr.
Medrano y fallecida el 4 de junio de 2006- y María Elena Augusta (26/feb/31)
–casada con el dr. Puentes Xavier- .
Intérprete cabal y honesto de los ideales de Lisandro de la Torre,
comparte con éste el binomio para las elecciones a gobernador y vice,
pero llegará la intervención nacional y el comicio no se concreta.
Superada esta frustrada experiencia política se vuelca definitivamente a
su actividad universitaria junto al ejercicio de la profesión atendiendo
en su estudio de cortada Falucho 2560.
Previo concurso, obtiene la cátedra de “Derecho penal y ética
profesional” en 1922 en la carrera de Notariado, “Derecho penal, primer
curso” en 1924 y “Derecho penal, segundo curso”, en 1930, éstas dos
última en la carrera de abogacía.
Se dedicó al estudio del Derecho penal, logró el reconocimiento de sus
pares, integrando como miembro titular la prestigiosa Sociedad Argentina
de Criminología. A su pluma, en buena medida, se debe el proyecto de Ley
Universitaria que el Consejo Superior de la Universidad Nacional del
Litoral elevó al Congreso nacional para su tratamiento.
Fue permanente colaborador tanto de la revista “Universidad”, como la de
la Facultad y del Centro de estudiantes.
Sostenía una particular afinidad con los estudiantes que masivamente
concurrían a escuchar sus lecciones y durante los cursos de 1941 y 1942
un grupo de alumnos tomó cuidadosamente apuntes que luego el propio
Morisot corrigiera para convertirse en un verdadero manual de la
cátedra.
Apenas incorporado como docente, se dedicó a las tareas de conducción y
siempre con el voto de colegas y alumnos integró el Consejo directivo de
la facultad los años 1920, 1921, 1923, 1924 y 1928, para ser electo por
el voto como Decano de la facultad en 1930 y en 1932. La Asamblea
universitaria lo entroniza Rector en 1932, siendo el más joven en la
historia de la casa de estudios. Su tercer mandato como decano se lo
obtiene por el mismo medio en 1940.
Su compromiso no se agotaba en las aulas superiores, nada de lo que
fuera universitario le era ajeno. Así, cuando un grupo de entusiastas
profesores y alumnos deciden la creación de un club para la práctica de
los deportes, Morisot no sólo que apoya la iniciativa sino que se pone
al frente y en la misma asamblea de creación del “Club Universitario de
Santa Fe”, el 11 de noviembre de 1941, lo designan como presidente
siendo acompañado como vicepresidente por el dr. Alfredo Carrió.
En 1943 cuando se produce el golpe militar, se intervienen las
universidades y en Santa Fe designan al tristemente célebre Giordano
Bruno Genta, casi el ideal del fascismo.
Se destituyen a todos los decanos y cuando tiene que entregar el mano
improvisa un discurso ante los alumnos de la facultad que
permanentemente lo aplauden, rebatiendo todos y cada uno de los
argumentos de la intervención. Levantaba sus principios democráticos
“contrarios a cualquier dictadura, venga de donde venga”.
La misma posición tomó, pero con términos más enérgicos aún, cuando le
intervino en Centro de estudiantes en clara violación de todas las
normas estatutaria.
Desde ese momento el interventor tomó la persecución como una cuestión
personal y lo hostigó hasta en su vida privada, de forma que luego de
veintidós años de brillante trayectoria universitaria, renuncia a todos
los cargos. Gesto que tuvo el reconocimiento de los estudiantes que lo
distinguían como un verdadero maestro, pero no entre los colegas que no
lo siguieron.
Muchos años después, uno de sus alumnos, Francisco Magín Ferrer lo
recordaba diciendo: “en 1923 el doctor Morisot explicaba las normas
renovadoras del Código penal de 1921 de Rodolfo Moreno, con admirable
claridad y elocuencia, que los alumnos oíamos con vivo interés y
provecho. Realmente fue un universitario de verdad que hizo mucho bien a
esta casa de estudios en su triple condición de profesor, decano y
rector, hoy injustamente olvidado”. (1)
Apesadumbrado por esta frustración en la construcción de una sociedad
democrática, antes de cumplir cincuenta años, fallece el 21 de enero de
1944.
Vivieron luego los reconocimientos. Cuando el 7 de abril de 1945 asume
el rectorado Josué Gollán, el ingeniero Cortés Plá pronuncia un discurso
en donde destaca la arbitrariedad cometida con su desplazamiento y los
aportes hechos por Morisot. El 21 de noviembre de 1955 Domingo Buonocore
también lo evocó en un acto en al aula Alberdi y diez años después en un
acto similar lo hizo el decano Luis Muñoz.
- III -
Vivió y murió en la austeridad decorosa de los grandes que cruzan por el
mundo mirando siempre hacia las estrellas para conservar el alma
luminosa y fuerte. Su patrimonio único, herencia de gloria para los
suyos, lo constituyó el modelo de vida que, sin una sola mácula, llevó
adelante
El maestro verdadero es siempre maestro de la vida y de conducta, de
sabiduría y de ejemplo. Esa unidad indivisible que confiere personería
moral y jerarquía al espíritu, la conservó Morisot celosa, firmemente, y
es hoy el mejor blasón de su gloria póstuma.
Hoy, a ciento dieciseis años de su natalicio, creemos propicio el
recuerdo.
(1) Damianovich, Alejandro. “Historia de la abogacía en Santa Fe”, Santa
Fe, Colegio de abogados, 2001, pág. 524.
Vera, a miércoles 14 de abril de 2010. |
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