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    Entrevista formulada por Cecilia Toro a José Abel Saucedo Romero    
         
   

La presente entrevista ha sido realizada por Maria Cecilia Toro al maestro Abel Saucedo Romero, dentro del contexto del Foro sobre Derechos Humanos y Prisión realizado en Mayo del presente año en la Facultad de Derecho de la Universidad del Estado de Colima (México) donde ambos intervinieron como ponentes.

El maestro Abel Saucedo Romero es médico cirujano por la Universidad de Guadalajara, magíster en Criminología por la Universidad de Guadalajara, es profesor de la Universidad Universidad Campus Guadalajara de la Licenciatura en Derecho, materia Criminología; de la misma Universidad, Campus Colima, en el postgrado en Derecho Penal de la materia: Derecho Penitenciario; de la Universidad de Colima en el postgrado en Ciencias Penales de la Facultad de Derecho: materia: criminología; de la Universidad de Colima en el postgrado en Ciencias penales de la Facultad de Derecho, materia: Criminología, en el Diplomado de habilidades jurídicas para trabajadores sociales, materias: criminología clínica, mediación, técnicas de entrevista, coach criminológico; profesor de la Universidad Autónoma de Yucatán, en el postgrado en psicología aplicada de la Facultad de Psicología en las materias mediación y técnica de entrevista criminológica; profesor de la Academia Nacional de Seguridad Pública Campus Morelia, Michoacán, cursos especializados para el ministerio público y personal de procuraduría, asimismo para directivos y personal penitenciario. Entre su bastísima trayectoria penitenciaria  ha sido Director general de Prevención y Readaptación Social del Estado de Jalisco y del Estado de Colima, coordinador general del programa de desintoxicación “Tú puedes vivir mejor” y “Mediación entre pares penitenciarios”; es miembro fundador y primer presidente del Instituto Interdisciplinario en Ciencias Criminológicas y Criminalísticas, Miembro de Número de la Asociación Nacional para la atención de menores infractores. 

   
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a) Estimado Maestro Abel, antes que nada, agradecerle la gentileza que ha tenido cediendo parte de su valioso tiempo para esta entrevista, y agradecer también en su persona, la calidez con que me han recibido en esta Facultad y en esta tierra.

 Los habitantes de la prisión mexicana parecen ser los mismos de todo el paisaje carcelario latinoamericano, como dice el maestro Elías Neuman " son siempre los mismos",  no puede negarse que el poder punitivo devora con su bestial fuerza a los mismos, ladrones de poca monta, las llamadas "mulas", o traficantes de menudeo parecen multiplicarse casi mágicamente dentro de los muros. Estas afirmaciones son comprobables empíricamente con datos estadísticos que son públicos. Parece entonces que la prisión fuera la respuesta contenedora a la "incertidumbre histérica que ocasiona la inseguridad" tal y como usted lo ha afirmado. El panorama es desalentador, sobre todo cuando las políticas criminales de los Estados no asumen un compromiso serio que tienda a mostrarnos un panorama menos agorero. Resumiré mi pregunta en dos palabras: ¿prevención o represión?

 

 

 

Respuesta maestro Abel: Estimada Cecilia, tú siempre serás bien recibida en esta tierra que es tu casa.

Como una manera de puntualizar sobre el tema de tu primera pregunta, he de referirte que la palabra histeria deriva del griego hyaterá (matriz), ya que los antiguos asociaron esta enfermedad con el útero de la mujer, la cual se conoce por la aparición de síntomas objetivos importantes sin lesión orgánica que los justifique, en estos casos se supone que la causa es un conflicto psicológico que se convierte en un síntoma somatoforme que lo simboliza. Una rara forma consiste en que el problema psicológico se simboliza a través de un trastorno disociativo, es decir el sujeto “olvida quién es”, y en algunos casos altera su propia identidad con la de nuevos personajes que va creando o que acepta (personalidad múltiple).

Los síntomas histéricos son un modo de solución inconsciente e inadecuado de nuestros mecanismos de defensa ante una situación que no sabe cómo resolver, de características exageradas y pintorescas, con una teatralidad suprema, en que el paciente grita, se revuelca en el suelo, araña o golpea de modo incoordinado y no intencional, alterna movimientos de contracción tónica generalizada (se tiende a mover en semicírculo sobre la nuca y los talones), con otros movimientos y espasmos desordenados e intermitentes burdamente imitatorios de un ataque epiléptico. En otras ocasiones es una reacción de inmovilización parcial o total corporal, con poca o sin respuesta a estímulo alguno, a tal grado que pueden quedarse ciegos o sordos sin causa aparente. En síntesis es la transformación de un conflicto emocional en síntomas somáticos o psíquicos.

Pero…… ¿Qué ganancias secundarias tienen estos pacientes? Los síntomas histéricos no sólo existen por algo, sino también para algo. El sujeto inconscientemente no tiene un interés por su posible curación, ya que si los síntomas desaparecen o “se curan” queda privado de su defensa psicógena y a merced de los sentimientos de culpa. Por eso la ganancia de la enfermedad en el presente es tan importante para el enfermo que, como un círculo vicioso inconsciente, acaba autoconvirtiendose en un obstáculo para su propia curación.

Transpolando la anterior síntesis etiológica neurótica individual a nuestra sociedad, tomando a esta como un conglomerado que forma un cuerpo único, he de referir que disociativamente nos olvidamos de manera inconsciente de nuestra responsabilidad social en la etiología de las conductas antisociales, para lo cual asumimos múltiples roles “justicieros” o bien de parálisis social ante la delincuencia, la cual es sólo un síntoma somatoforme que simboliza nuesta falla social, dicho de manera coloquial “nosotros, los buenos, cargamos de pulgas al can más flaco”, además, producto de una inadecuada o irreal política criminal ( o criminológica) reaccionamos de manera exagerada y teatralmente histérica ante la conflictiva antijurídica abusando de la pena de prisión como una manera sólo de reprimir o…. ¿ no será como una manera de ocultar lo que no queremos ver, y por ende sólo nos interesa su aislamiento social?, claro está con su debida actualización, ya que antes eran mazmorras, ahora son centros de reclusión, siendo sólo “letra muerta en el papel” las alternativas jurídicas a la misma pena de prisión, dicho a la manera del maestro Luis Marco De Pont “No existe una política criminal planificada, se actúa cuando se producen hechos de crueldad que impacta en la opinión pública y en los medios de comunicación. No hay política criminal que contemple la prevención, la participación ciudadana, la lucha contra la impunidad, la mayor seguridad”.

Y entonces ¿cúal es nuestra ganancia secundaria como sociedad?, simple: “el suponer que no tenemos sentimientos de culpa”, a lo cual más bien yo le llamo podemos sublimar institucionalmente, como una manera de evadir o enviar al inconsciente social nuestro sentimiento de responsabilidad (la cual no es sinónimo de culpabilidad) ante el fenómeno delincuencial, al cual proyectamos nuestras pulsiones ocultas. Ejemplo, creamos albergues para víctimas de violencia intrafamiliar, siendo que en México existe un machismo arraigado en el cual esta es una manera “tradicional de comunicación familiar” con una cifra negra importante de violencia y sobre todo de género, otra, doy limosna a la Iglesia como una manera de “expiar” mi culpa, aunque perpetúe dicha acción.

Derivado de lo anterior cabe decir que la prevención del delito como tal por parte de todos los integrantes de una sociedad a la fecha no se ha logrado de manera satisfactoria, debido a un deficiente empoderamiento social.

b)-México está en pleno proceso de reformas en materia penal. ¿Usted creé que esas reformas puedan contemplar la propuesta de alternativas a la pena de prisión? pues es claro que si hoy las tienen no son puestas en práctica, al menos no con éxito. Por su vasta trayectoria penitenciaria ¿creé que existan los medios y la voluntad para descomprimir las prisiones mexicanas? empezando, claro está, por convertir a la prisión en "la última ratio"?

Respuesta maestro Abel: Con respecto a la segunda pregunta me acordé del libro “Ilusiones” de Richard Bach (autor de Juan Salvador Gaviota) que inicia con la siguiente metáfora en resumen: Dicen que un día el Mesías de estar orando en la montaña con incalculable gente, se levantó y dijo “renuncio”, a lo que la muchedumbre le respondió, “no es posible, dicho mandato te lo a dado la ley de Dios”, a lo que cuestionó “¿entonces, debemos de cumplir todos los señalamientos de dicha ley?”, a lo que el conglomerado gritó al unísono ¡¡¡¡¡¡¡¡¡SÍ!!!!!!!!.

Pues bien….. Nuestro Padre me indica que les trasmita la siguiente orden para todos “amaos los unos a los otros” y sin proferir palabra alguna de más, abandonó a la muchedumbre que se quedó impávida.

Pues bien, si la solución a nuestra problemática delictiva fueran las leyes, creo yo que desde hace cientos de años ya se hubiera solucionado. La intensión legislativa y creo política es buena en grado superlativo, sin embargo creo que se signan convenios internacionales de primer mundo, olvidándosenos que somos países tercermundistas, claro está que esto no significa que no lo debamos de hacer, más bien aceptar el que no efectuamos aún la concientización e integración ciudadana mínima necesaria, para que dicho proyecto lo “vivamos todos los ciudadanos como nuestro”, en mi país la sociedad sólo se ocupa de la prisión cuando existen fugas, motines o cuando un familiar o amigo es llevado a la misma, asimismo muchos de nuestros funcionarios y legisladores se preocupan más por su “perpetuidad laboral política” que respaldar con vasto sustento científico alguna ley, cito un ejemplo, el tratar de implementar o incrementar la pena de prisión al “grafiti” con lo cual niegan la finalidad de la prisión como “la última ratio”.

c)-En su ponencia expuesta en el Foro sobre Derechos Humanos y Prisión, Usted ha afirmado con gran certeza que "los presos no son esencialmente distintos en cuanto a sus necesidades respecto de cualquier individuo en libertad", uno de los derechos pues de cualquier ser humano es procurarse el sustento diario, es trabajar. Y sabemos que la prisión desgasta el sentimiento de responsabilidad que significa procurarse el autosustento. Sabemos también que el "trabajo en prisión" es básicamente rudimentario, con una capacitación técnicamente apta, ausente, que se limita cuando la hay a talleres manuales, y sin normativa laboral aplicable al ámbito penitenciario que contemple al trabajo en prisión en su real dimensión y trascendental importancia. ¿Qué normativa y con qué proyecciones de éxito se aplica en México  respecto del trabajo en prisión?

Respuesta maestro Abel: Creo un importante tema para la readaptación social es el trabajo en la prisión, el cual es demasiado escabroso y de repercusiones en este momento catastróficas, ya que en la actualidad la Constitución Mexicana y las leyes secundarias no contemplan un apartado especial en dicha área, propongo un ejercicio de análisis al respecto, supongamos, por no decir soñemos, que se efectúen reformas Constitucionales que contemplen el trabajo en la prisión como obligatorio exceptuando a los procesados e impedidos bio-psicológicamente (en este último tendría mis dudas ya que en actualidad a personas esquizofrénicas o con Síndrome de Down se le proporciona actividad para su sostenimiento económico por Asociaciones Civiles ad hoc) cuya finalidad sería cumplir no sólo con el cumplimiento de uno de los requisitos para la obtención de libertad anticipada, sino con la genialidad propuesta por el Dr. Sergio García Ramírez y Cols., plasmadas en la vigente Ley de Normas Mínimas, consistente en este punto que dichos ingresos serían para el sostenimiento del preso, de apoyo a su familia y para resarcir el daño a la víctima, lo anterior como consecuencia requeriría las modificaciones necesarias en la Ley Federal del Trabajo, que en la actualidad sólo exceptúa de una relación obrero patronal a quienes se les haya impuesto como un servicio a la comunidad por una autoridad judicial, y por consecuencia se necesitaría un régimen fiscal especial para dicho tema.

Imaginemos, imaginemos que este sueño se convirtiera en realidad, inmediatamente aflorarían los siguientes cuestionamientos ¿Cómo se controlaría la posible voracidad o explotación empresarial hacia el reo, en caso de la participación de la iniciativa privada? O bien los patronatos efectuarían actividad empresarial, ¿Cuál sería el salario mínimo, prestaciones y seguridad social a derecho? Ya que en la actualidad no se encuentran suspendidas, más bien no aplicadas, como son IMSS, derecho a conformación sindical, aguinaldo, vacaciones, etc., e imaginemos la histeria política al momento en que el Estado estaría asimismo obligado a proporcionar verdadera actividad laboral (la actual es en su gran mayoría sólo ocupacional o terapéutica), de tan sólo pensar que de cumplirse, el ciudadano común y corriente, exigiría con mayor energía a nuestros gobiernos fuentes de trabajo en el exterior, ya que entonces sí sería un privilegio encontrarse privado legalmente de la libertad. En fin estos señalamientos sólo serían el inicio de la mecha de este polvorín, que por el momento no es pertinente encender.

Creo que primeramente necesitamos efectuar un realista Diagnóstico Situacional no sólo de la prisión, sino de conjuntar la información del poder Ejecutivo y Judicial, Federal, Estatal y Municipal, así como de  las instituciones civiles con respecto no sólo a las conductas antijurídicas sino antisociales, con el objetivo no de politiquería sino de una verdadera Política Criminal, ya que simplemente con los datos actuales grosso modo consistentes en que aproximadamente el 50% de los reos son por delitos contra el patrimonio y que de estos el 50% por cantidades que oscilan entre los $1000.00 y $6,000.00, dichos resultados nos “reclama” una utilización de métodos alternativos de resolución de conflictos, sustitutivos penales o despenalización de ciertas conductas, sin mencionar la necesidad de un mayor empoderamiento y participación ciudadana para combatir a la corrupción que representa según cálculos hasta lo correspondiente al 20% del PIB, o del narcotráfico que asciende hasta el 40% del PIB, hasta ese entonces, como sociedad, no en lo individual, tendremos la delincuencia que nos merecemos.

   
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d)-En México, una figura ausente es la figura del Juez de Ejecución o Vigilancia Penitenciaria. He notado la reticencia sobre todo de quienes forman parte del aparato penitenciario a poder incluirla como figura válida, figura que tiene una gran trascendencia, pues es nada más y nada menos que el control jurisdiccional de la ejecución de la pena. ¿Quién tiene a su cargo o quien cumple este papel hoy en México? ¿Cuál es su opinión acerca de la creación e implementación de esta importantísima figura en la normativa penitenciaria de su país?

Respuesta maestro Abel: En cuanto a la figura del juez de ejecución, he de referir que no es la panacea como todas las medidas humanas que tomemos en pro de la justicia, sin embargo le veo un buen futuro a dicha medida si se conjugan ciertas situaciones, por mencionar algunas: Que sea una figura autónoma con independencia de los tres poderes, con un perfil laboral y de experiencia especializada en el área jurídica y de humanidades, a seleccionarse por un consejo universitario que podría incluir un examen por oposición; que dicha figura cuente con un Consejo Técnico de profesionistas “especializados” en medicina, psicología, sociología, pedagogía y administración, asimismo representantes académicos y de la sociedad civil como mínimo; que las resoluciones se tomen de manera colegiada con las facilidades y seguridad que otorga un servicio civil de carrera que impida su remoción por fines políticos; que su labor no sólo sea de otorgamiento y vigilancia de beneficios de ley, sino de participación en las propuestas y medidas de Política Criminal. Y por último que la integración de las instituciones educativas y civiles sean de oportunidad para el sujeto y no de mero trámite o escaparate por citar algunos ejemplos, proporcionando becas de estudio, trabajo en el exterior, apoyo para créditos, etc.

Aunado a lo anterior es menester que se dote al sistema de justicia tanto en impartición como administración, de los recursos económicos, arquitectónicos y de personal necesario para desarrollar de manera especializada su actividad, caso contrario su implantación sólo implicaría traspasar la facultad (no es una obligación) actual del Ejecutivo a otro funcionario que sólo burocratizaría sin mejorar de fondo el problema actual

e)- Por último, ¿cuál es el panorama situacional del sistema penitencario del Estado de Colima? ¿Cuáles son los requerimientos de la población penitenciaria? ¿Qué programas de desintoxicación de drogadependientes se llevan a cabo en las prisiones mexicanas? ¿Con qué niveles de éxito?

Respuesta maestro Abel: Por último he de referirte que derivado de los diagnósticos situacionales anuales que efectuamos en el Sistema Penitenciario del Estado de Colima desde el 2000, se detectó la necesidad en cuanto a tratamiento grosso modo entre otros, los siguientes puntos que se desarrollaron en ese orden hasta el 15 de marzo del 2007 en que fui Director General:

1° Incrementar y promocionar la oferta educativa, incrementando hasta en un 300% la planta de maestros y facilitadotes apoyados por la Secretaría de Educación, inclusive se implementó hasta el nivel de preparatoria.

2° Incrementar y proporcionar mayor capacitación para el trabajo con el apoyo de Misiones Culturales de la Secretaría de Educación y CECATY  en un total aproximado del 400%

 

3° Establecer el apoyo y vigilancia de preliberados con servicio comunitario, capacitación laboral y educación escolar, servicios médicos a través del seguro popular (1eros en el país), inclusión en empresas como Coca-Cola y Pepsi, así como prestamos por SEDESCOL para la conformación de microempresas.

 

4° Debido a que el 80% de los ingresos penitenciarios estaba relacionada su conducta delictiva con el abuso de sustancias legales y/o ilegales, ya sea bajo el influjo de estas o para adquirirlas posterior al ilícito, diseñamos y nos capacitamos durante un año para implementar el programa de desintoxicación denominada “TU PUEDES VIVIR MEJOR” cuyos fundamentos fueron los del CAPITAN SOTO PEDREGAL de Sinaloa, cuya duración, aunándole el DIPLOMADO EN MEDIACION y la capacitación para la CONFORMACION DE MICROEMPRESAS Y MERCADOTECNIA era de 9 meses aproximadamente, con excelentes resultados, de hecho se puede acceder a un video en Internet colocado por un miembro del equipo en Internet (publicado en el 2006 en la Página de internet MUNDO GESTALT en 7 minutos de video en http://www.youtube.com/watch?v=fcU6QPCHmZw) o bien solicitarme información al respecto a mi correo electrónico joseabelcheveco@hotmail.com o uspece2007@hotmail.com

 

g) Maestro Abel, le agradezco nuevamente la gentileza que ha tenido prestándose a responder a estas preguntas pero sobre todo agradezco su compromiso con un tema tan inmensamente humano como lo es la prisión.

 

Respuesta  maestro Abel: Estimada Cecilia, como puedes ver son demasiadas las reflexiones al respecto, espero sean de utilidad y sobre todo de participación en cuanto a mi experiencia laboral en el área para quiénes lo requieren, muchas gracias y mil amores a tu interés en las palabras de tu servidor.

   
 

 

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