El efecto...

principal

         
   

Cursos, Seminarios - Información Gral - Investigación - Libros y Artículos - Doctrina Gral - Bibliografía - Jurisprudencia  - Miscelánea -  Curriculum - Lecciones de Derecho Penal - Buscador

   
         
 

   
  El efecto Pigmalión    
   

Nuria Lisistrata.

 

“Les dio la confianza que necesitaban

para llegar a ser lo que fueron. Esta es

 la donación suprema de un Maestro.”

George Steiner. Lecciones de los Maestros.

 

En un estimulante diálogo entre Luis Porter y Juan Carlos Tedesco, que fácilmente podrás encontrar en internet; los interlocutores tratan de dar respuesta a la pregunta ¿se puede incluir a los excluídos?.  Inicia Tedesco explicando que el nuevo capitalismo tiene una fuerte tendencia a la exclusión social y a la desigualdad, y por eso es necesario volver a plantear el tema de las políticas educativas relacionadas con la desigualdad:

 “En este nuevo capitalismo, para lograr incluir a los excluídos hay que querer hacerlo: tiene que ser un producto voluntario, político, ya que no es algo que va a ocurrir naturalmente, automáticamente, como consecuencia de la propia dinámica social… Actualmente existen muchos sectores sociales que no son explotados, sino simplemente excluídos. Mientras que entre explotadores y explotados existía un vínculo, actualmente, en muchos casos, estos vínculos se han roto, se han diluído. Hay zonas geográficas enteras del planeta que han quedado fuera”

Para Tedesco  (autor, entre otros libros, de: El Nuevo Pacto Educativo),  continuar con la vieja idea de creer que la sociedad funciona como un organismo es algo que ya no tiene vigencia; porque en un organismo las relaciones son automáticas, inconscientes y funcionan de manera natural. Pero la sociedad actual no funciona como un organismo vivo y el tipo de solidaridad que se requiere, hoy día, debe ser consciente; pues las costumbres o tradiciones ya no son suficientes: “…hablar de igualdad, en el sentido de querer incluír a los excluídos es una decisión consciente”.  Y la solidaridad requerida por las nuevas relaciones sociales  debe ser también “una solidaridad consciente, reflexiva”.

Para los interlocutores, destruir los determinismos sociales  que conllevan a escenarios fatalistas implica analizar las múltiples causas del éxito y del fracaso escolar; teniendo claro que este dilema ético sobre aprender a vivir juntos e incluir a los excluídos nos obliga a pensar en las dimensiones técnica y política de la desigualdad en la educación. Ambos nos enfrentan con estas interrogantes: ¿queremos vivir en una sociedad que deja afuera a 25%-30% de la población?, ¿somos capaces de aprender a vivir juntos?; y responden que “aprender a vivir juntos implica ser responsables del otro, conocer al otro”.

De esta manera nos introducen  en el análisis de tres propiedades, que tienen en común las escuelas, cuyas políticas educativas en relación con la desigualdad les han permitido superar el  determinismo social. A saber: La capacidad de proyecto; la capacidad narrativa, y mayor  confianza . Para Tedesco, tener un  proyecto es fundamental  para enfrentar la adversidad: “No tener proyecto equivale a ausencia de futuro, a incapacidad para imaginar un futuro”. Agrega que ser capaz de hacer un proyecto implica  conocerse a sí mismo, saber cuáles son las fortalezas y debilidades de la persona, la comunidad y el grupo.  Por su parte, Luis Porter comenta que tener un proyecto se relaciona con la siguiente idea: “Aunque no es posible ‘adivinar’ el mañana, sí es posible contribuir a su creación y, en alguna medida, prever ‘el mañana’. 

La Narrativa  es otra característica que se encuentra en aquellas escuelas que mejores resultados obtienen en su lucha a favor de la equidad educativa. Para Tedesco: “Estas escuelas tienen la capacidad de articular la representación de lo que quieren, de su plan, en una secuencia lógica”, en otras palabras, son escuelas que   “saben contar al otro lo que les pasa”.  Esto es de gran importancia porque al verbalizar,  hacemos “objetivo” lo que nos sucede y al exponerlo, es posible trabajar con el asunto también  de manera objetiva. Tedesco añade que, para lograr la capacidad narrativa “hay que dominar la palabra, hay que saber leer y escribir, en el sentido no de consumir palabras, sino de saber expresarse. Aquí está una de las claves del éxito educativo. Saber decir lo que me pasa, lo que siento, lo que quiero”. Y Porter agrega que la narrativa  conlleva saber hablar, contar o relatar “abriendo senderos que no sabemos hasta dónde nos puedan llevar. El propósito es llegar desde uno, hasta ese otro, con argumentos convincentes, con una retórica que provoque una respuesta que invoque su recepción”.

La tercer característica, no es menos importante: mayor  confianza. Al respecto, Tedesco nos dice:  “La confianza es un objeto difícil de generar y administrar. Las representaciones que tanto alumnos como maestros tienen de sí mismos o de los otros son objetos construídos en forma lenta y sólida. Al contario de las agresiones intensas pero momentáneas, que suelen dejar menos impacto en la memoria, las agresiones producidas por estigmas sociales son durables y difíciles de modificar… la modificación de estos estigmas implica un trabajo ‘contra cultura’…La información es necesaria, pero sólo si se trabaja con la afectividad será posible modificar estereotipos y prejuicios”. Para ejemplificar esa mayor confianza, el mismo autor hace referencia al conocido “efecto Pigmalión”;  suceso tantas veces representado en el arte (desde Ovidio en sus Metamorfosis), pero  también estudiado y comprobado en investigaciones realizadas en ámbitos educativos, laborales y sociales; por ejemplo las  de Rosenthal, Jacobson,  Merton y otr@s que se localizan fácilmente en internet.

Aquí deseo hacer una digresión (…¡ya sabés cuánto me gustan!) para hacer referencia a algo que debemos tener en cuenta y es que el efecto Pigmalión idealmente, cuando va acompañado de amor a la vida, dará resultados positivos; pero, desgraciadamente,  también puede suceder lo contrario, y llevar a resultados devastadores.  A mi  parecer  el efecto en su versión  positiva queda patente en la simpática obra teatral que precisamente lleva por título Pigmalión escrita por el  genial George Bernard Shaw…¡es un gusto leerla! Pero si no has tendido el placer podrías tal vez haber gozado de su versión cinematográfica: una deliciosa comedia musical dirigida por Anthony Asquith bajo el título My Fair Lady. ¿Otro ejemplo del efecto Pigmalión en sentido positivo?...¡hay muchos!,  pero uno de mis preferidos se dibuja maravillosamente en la película Freedom Writers (traducida al español como: Escritores de la libertad y en otras ocasiones: Diarios de la Calle), dirigida por Richard LaGravenese y protagonizada por Hilary Swank. Si ya tuviste la suerte de apreciar esa excelente película me alegra por vos, de lo contrario te la recomiendo con fervor; está inspirada en hechos reales y verás las tres características mencionadas por Tedesco y Porter puestas en acción por una profesora de Literatura…¡vale la pena!.

Con respecto al efecto Pigmalión en sentido negativo  no se me ocurre mejor ejemplo que esa desgarradora obra de teatro escrita por  Eugéne Ionesco: La lección. Pero ¡calma!, ¡calma! que no voy a comentarte el argumento porque a lo mejor ya tuviste la oportunidad de leerla y además porque de hacerlo me saldría del tema que me interesa rescatar: el efecto Pigmalión en su versión alegre y positiva, o sea, en su versión cargada de amor a la vida

 Así que mejor sigamos con  Tedesco, que  sintetiza muy bien el “efecto Pigmalión” diciendo que con él se hace referencia al “impacto que tiene la representación del docente acerca de la capacidad de aprendizaje de los alumnos”;  y  lo ilustra contando la experiencia realizada con  dos maestros: al primero se le dice que educará a un grupo de “superdotados”.  Al segundo se le informa que enseñará a un grupo “fronterizo”. Pues bien, ya imaginarás lo que sigue: “Lo que los maestros esperaban de ellos, a partir de esta información, determinó los resultados del aprendizaje. La expectativa del docente tiene una fuerte influencia en los resultados. Por eso, es fundamental crear altos niveles de confianza en la capacidad de nuestros alumnos” (Tedesco dixit …y la pirata  sonríe de manera cómplice y confianzuda)

Más adelante, en el mismo diálogo, Luis Porter  comenta que, tradicionalmente, en la relación discípul@-maestr@ se da la forma de “aprender-haciendo” y la confianza es fundamental pues, de lo contrario, puede darse un colapso en el proceso educativo, ya que la educación nos obliga a dar pasos que implican resolver las contradicciones entre el mundo personal y el escolar. Por esto es imprescindible que exista un tratamiento afectivo  de maestr@s a discípul@s, ya que este afecto ayudará  a l@s alumn@s a enfrentar la ansiedad y el miedo que provoca la diferencia entre el mundo social-familiar y el mundo escolar. “En otras palabras concluye Porter--, introducir al estudiante al mundo de la educación es exponerlo a lo que realmente importa, para que comience a desarrollar la capacidad reflexiva y la confianza en sus propias capacidades. Lo que realmente importa equivale a la simple actividad de ponerlo en contacto con aquellas expresiones que surgen de su propia cultura, y que tienen el poder y la influencia para contribuir substancialmente a la conformación de su identidad”.

Y es en este punto donde deseo introducir a otro autor que ha reflexionado ampliamente sobre el tema de la educación: me refiero al filósofo Fernando Savater. En su delicioso  libro El Valor de Educar,  explica que l@s niñ@s pasan por dos gestaciones: una en el seno materno y la otra en la “matriz social” donde sucede su crecimiento.  Para él  “La posibilidad de ser humano sólo se realiza efectivamente por medio de los demás, de los semejantes, es decir de aquellos a los que el niño hará enseguida todo lo posible por parecerse. Esta disposición mimética, la voluntad de imitar a sus congéneres, también existe en los antropoides pero está multiplicada enormemente en el mono humano: somos ante todo monos de imitación y es por medio de la imitación que llegamos a ser algo más que monos. Lo específico de la sociedad humana es que sus miembros no se convierten en modelos para los más jóvenes de modo accidental, inadvertidamente, sino de forma intencional y conspicua. Los jóvenes chimpancés se fijan en lo que hacen sus mayores; los niños son obligados por los mayores a fijarse en lo que hay que hacer”.

Según el autor, la sociedad enseña lo que desea conservar porque lo estima valioso y, coincidiendo con Hannah Arendt,  afirma que quien pretenda educar es en cierta manera “responsable del mundo ante el neófito”; lo que no significa que apruebe el mundo tal como es, sino  que lo asume de manera consciente porque tiene claro que sólo a partir de lo que el mundo es será posible enmendarlo. En otras palabras, para que exista futuro  “alguien debe aceptar la tarea de reconocer el pasado como propio y ofrecerlo a quienes vienen detrás de nosotros”.

 Savater nos recuerda que, durante siglos, la educación sirvió para discriminar unos grupos humanos frente a otros: hombres/mujeres; ricos/pobres; citadin@/campesin@; y otr@s. Para él, la educación humanista pretende acabar con tales  discriminaciones: “Cada cual es lo que demuestra con su empeño y habilidad que sabe ser, no lo que su cuna –esa cuna biológica, racial, familiar, cultural, nacional, de clase social, etc—le predestina a ser según la jerarquía de oportunidades establecida por otros. En este sentido, el esfuerzo educativo es siempre rebelión contra el destino, sublevación contra el fatum: la educación es la antifatalidad, no el acomodo programado a ella…para comerte mejor, según dijo el lobo pedagógicamente disfrazado de abuelita”.

 Y, hablando de abuelitas, el mismo autor nos recuerda que todos los grupos tradicionalistas que tratan de resistirse a la igualdad de derechos individuales inicia combatiendo la educación de las mujeres: “…en efecto, la forma más segura de impedir que la sociedad se modernice es mantener a las mujeres sujetas a su estricta tarea reproductora. En cuanto ese tabú esencial se rompe, para desasosiego de varones barbudos y caciques tribales, ya todo es posible: hasta el progreso, en algunas ocasiones”…¡¡más claro no canta el  gallo que Sócrates dice le debemos  a Esculapio!!.

  Y ahora, si no te marean las vueltas, deseo que regresemos al punto en el que dejamos a Luis Porter; o sea, a ese momento en  que él nos explicó  que “introducir al estudiante al mundo de la educación es exponerlo a lo que realmente importa, para que comience a desarrollar la capacidad reflexiva y la confianza en sus propias capacidades”. Como recordarás, para Porter,  l@s alumn@s deben ser puestos en contacto con las expresiones que nacen de su propia cultura, y que tienen “el poder y la influencia para contribuir substancialmente a la conformación de su identidad”. Pues bien, a mi modo de ver, en estos tiempos de interdependencia planetaria una  educación capaz de incluir a l@s excluíd@s y de convertinos en ciudadan@s del mundo es la que nos enseña que las raíces a las que debemos regresar son las que nos unen a lo más esencial de lo que significa “ser human@” pues, como bien lo expresa Savater: “…nuestras raíces más propias, las que nos distinguen de los otros animales, son el uso del lenguaje y de los símbolos, la disposición racional, el recuerdo del pasado y la previsión del futuro, la conciencia de la muerte, el sentido del humor, etcétera, en una palabra, aquello que nos hace semejantes y que nunca falta donde hay hombres” (…¡y mujeres! agrega esta pirata  para no sentirse excluída). O sea que nuestras raíces en el sentido más humanista y cosmopolita son: “Lo que ningún grupo, cultura o individuo puede reclamar como exclusiva ni excluyentemente propio, lo que tenemos en común”.

Y como este es un collage de citas comprenderás que de inmediato transcriba otra que me parece la mar de oportuna. Viene en el mismo libro de Savater del que te hablo, pero fue escrita por Paul Feyerabend, y dice: “No negamos las diferencias existentes entre lenguajes, formas artísticas o costumbres. Pero yo las atribuiría a los accidentes de su situación y/o a la historia, no a unas esencias culturales claras, explícitas e invariables: potencialmente, cada cultura es todas las culturas […] Si cada cultura es potencialmente todas las culturas, las diferencias culturales pierden su inefabilidad y se convierten en manifestaciones concretas y mudables de una naturaleza humana común”….¡me encanta esta cita! ¿y a vos?.

Pero volviendo al tema de las políticas educativas que han logrado romper el destino social e incluír a l@s excluíd@s a través de las capacidades de proyecto, de narrativa y de mayor confianza de l@s maestr@s a sus discípul@s; Savater nos recuerda que la pedagogía tiene más de arte que de ciencia, pues quien enseña utiliza el “arte persuasivo” en sus discípul@s. Sin embargo, quien asuma el reto de educar  “debe ser capaz de seducir sin hipnotizar”, o para decirlo con George Steiner, l@s verdader@s maestr@s forman para la disconformidad. Y, llegamos así al punto en que empezamos, porque es precisamente de  Steiner y de su maravilloso libro Lecciones de los Maestros de dónde deseo extraer la última de las citas: “Los peligros se corresponden con el júbilo. Enseñar con seriedad es poner las manos en lo que tiene de más vital un ser humano. Es buscar acceso a la carne viva, a lo más íntimo de la integridad de un niño o de un adulto. Un Maestro invade, irrumpe, puede arrasar con el fin de limpiar y reconstruir. Una enseñanza deficiente, una rutina pedagógica, un estilo de instrucción que, conscientemente o no sea cínico en sus metas meramente utilitarias, son destructivas. Arrancan de raíz la esperanza. La mala enseñanza es, casi literalmente asesina y, metafóricamente un pecado. Disminuye al alumno, reduce a la gris inanidad el motivo que se presenta. Instila en la sensibilidad del niño o del adulto el más corrosivo de los ácidos, el aburrimiento, el gas metano del hastío”.

Pues bien, sirva este “collage” para agradecer a mis maestr@s: Evas y Prometeos que han logrado despertarme la pasión por el conocimiento. Gracias a ell@s hoy puedo afirmar que mi vida es todo …¡¡menos aburrida!!

   
         
 

  Inicio
         

Cursos, Seminarios - Información Gral - Investigación - Libros y Artículos - Doctrina Gral - Bibliografía - Jurisprudencia  - Miscelánea -  Curriculum - Lecciones de Derecho Penal - Buscador

principal