Es imposible comprender el análisis de la problemática de cualquier delito en particular, si se prescinde del encuadre del mismo conforme a un concepto general del delito, que lo distingue de otros trabajos sobre temas de la llamada parte especial que, por eludir las referencias a las categorías generales, resultan infecundos, en razón de su ambigüedad.
El planteamiento del autor es breve, pero no superficial, dado que frente a cada uno de los problemas fundamentales define su posición. Por imperio de su naturaleza es lógico que varias sean coincidencias y varias también mis disidencias con sus puntos de vista. Es éste un fenómeno normal, no siendo cuestión que quepa particularizar aquí, donde lo primordial -que habrá de llamar la atención a todo lector- es, precisamente, la corrección del cuestionamiento acerca del tema. Hace bastante más de dos milenios que el pensamiento humano racional sabe que suele ser más importante el descubrimiento de los problemas y la correcta formulación de las preguntas que el propio sistema de respuestas.
Espero que este libro no sea más que otro hito en la producción de su autor, a quien cabe considerar como un exponente de los hombres que investigan en el silencio y hasta en el aislamiento de nuestras provincias. La investigación jurídica argentina se desarrolla en las condiciones más adversas que pueden concebirse, pero de esa misma adversidad parece nacer la fuerza que mantiene viva la tradición de Adán Quiroga, de Julio Herrera, de Tomás Jofré, impulsando un pensamiento jurídico que en nuestro tiempo -signado por la violencia y la crueldad gratuita- constituye la renovación de una profesión de fe en la posibilidad humana de coexistencia racional, respetuosa y pacífica, pero al mismo tiempo dinámica.