Muy poco sencillo resulta llevar a cabo la idea de comentar un Código Penal. Este fue, de hecho, uno de los primeros proyectos de esta casa Editorial, de más amplio desarrollo. Cualquiera fuere el destino de la obra, por la insistencia de llevarla a cabo, la Editorial conoció a los principales juristas de este ámbito -no solo a los que escriben en este primer volumen-, algunos de los cuales ya prestigiaban el Catálogo de la Editorial.
Tampoco resultó sencillo saber cuál debería ser el contenido de dicho comentario, que sirviera tanto al jurista práctico para resolver los problemas penales que le son presentados, en su condición de juez, de fiscal o de abogado, como a los académicos e investigadores, inclusive a los estudiantes, con el fin de obtener los conocimientos necesarios para fundamentar sus desarrollos. En definitiva, la Editorial adoptó un método que, sintéticamente, se describe del modo siguiente:
1- Agrupar las reglas jurídicas de la parte general por temas que tuvieran cierto fundamento teórico común, según aceptación general.
2- Encargar cada uno de tales temas a juristas dedicados al Derecho penal, según su producción como publicistas, esto es, respetando las preferencias temáticas, las cuales debían abarcar el trabajo monográficamente.
3- Dividir cada monografía según un plan inicial común, que comprendiera las inquietudes del amplio espectro de personas a quienes la obra va dirigida: (I) Bibliografía; (II) Evolución legislativa; (III) Doctrina y (IV) Jurisprudencia.
Otro de los problemas de difícil resolución estuvo constituido por las citas de los autores. Se optó por no citar al pie, según es tradicional, tanto por el carácter de la obra, cuanto por seguir la moderna tendencia de citar abreviadamente en el texto y entre paréntesis (para el caso, corchetes para distinguir por un lado las citas, y por otro, las aclaraciones en el texto). La cita se abrevia con un número inicial bajo el cual se identifica al autor y a la obra. El número corresponde al de la bibliografía con la que encabeza su monografía cada uno de los autores que comentan la ley. Por tanto, el lector que desee constatar la cita correctamente, con todos sus datos, deberá retroceder páginas hasta ubicar el primer parágrafo del comentario que lee, titulado, precisamente Bibliografía y numerado con el número de remisión posterior.
Asimismo, al final de este volumen, se confeccionó una lista general de la literatura jurídica utilizada por todos los autores que escriben en él; esta vez, ordenada sólo alfabéticamente y bajo el rótulo Bibliografía general.
Por la importancia y magnitud de la obra, y por el poco usual número de autores que colaboran en ella, la tarea de su confección, desde que se concibió e inició hasta que se presenta el lector; ha demandado mucho tiempo de preparación y arduos esfuerzos; tiempo y esfuerzos que la Editorial da por bien empleados al entender que de esta manera se brinda un mejor servicio a un estudio profundo de la ley penal de hoy.
Finalmente, Editorial Hammurabi S.R.L. agradece a cuantos colaboraron en esta obra, a quienes escriben en ella y a quienes son sus asesores, entre ellos la doctora Sirley Re por su destacada tarea de selección y actualización de jurisprudencia y al profesor doctor Manuel de Rivacoba y Rivacoba, figura de alta significación intelectual y moral, por sus inestimables consejos y su valioso estímulo durante la preparación de la misma y confía en publicar los volúmenes siguientes en un espacio de tiempo razonablemente breve.

José Luis Depalma / Editor